lunes, 9 de mayo de 2011

Estado actual de la problemática


Para nadie es un secreto que la educación es uno de los pilares más importantes del desarrollo en cualquier país. Cada año miles de jóvenes próximos a su grado en educación media comienzan una ardua búsqueda de la institución adecuada para realizar sus estudios superiores y aún así en Colombia sólo el 34% de jóvenes logran acceder a una institución de educación superior. Si bién Colombia al igual que Chile y Brasil tienen los porcentajes más altos de cobertura, el nivel de acceso a la educación universitaria en latinoamérica es del 32%, muy pordebajo del 82% de Europa, 67% de Asia y el 62% en Estados Unidos.

Este problema se acentúa más en los jóvenes de escasos recursos, de comunidades pobres y olvidadas por el estado en donde los muchachos salen del colegio y buscan emplearse lo más rápido posible en lo que “les salga” y un bajísimo porcentaje de ellos piensa en la posibilidad de estudiar para salir adelante, lo cual es incluso utópico para muchos de ellos pues, ni para que pensar en alguna de las costosas universidades privadas algunas de las cuales se hacen llamar de alta calidad, en donde sus altísimos costos bajan de la nube a cualquiera.

Así pues, en Colombia un joven de bajos recursos con visión de estudiante echado pa’ lante tiene 4 opciones: (1) estudiar en una universidad pública, (2) estudiar en un instituto, corporación o fundación de educación superior, (3) estudiar en el SENA ó (4) buscar trabajo en lo que salga.
Las universidades públicas se han caracterizado por ser instituciones de alta calidad con la investigación como motor de calidad y desarrollo. Sin embargo, estas universidades cuentan con un número limitado de cupos lo cual hace que sólo los más aptos en cualidades intelectuales sean seleccionados para estudiar allí. Pero ¿cuántos jóvenes calificados, con grandes capacidades quedan por fuera de esta opción tan deseada y limitada por el estado?...¿será que es más importante para el gobierno invertir en la guerra que en la educación de sus ciudadanos?

Entre tanto, paralela a esta problemática el surgimiento de las llamadas universidades de garaje (que hacen hasta lo imposible por obtener una licencia de funcionamiento y exhibirla en un lugar estratégico de su fachada), se muestra como la única opción viable para estos jóvenes. El bajo control del estado en cuanto a los requisitos mínimos de calidad para estas instituciones hace el trabajo más fácil para las mismas las cuales son un grave parásito para la sociedad Colombiana. Si el estado quiere una juventud educada sanamente, el estado debe garantizarles la educación de mejor calidad posible, con los mejores maestros, con los mejores laboratorios y bibliotecas y no facilitar el surgimiento de instituciones en donde la calidad es muy precaria con el falso deseo de educación para todos y a bajo costo. El gobierno debería intervenir estas instituciones y frenar de una vez por todas este circo de corporaciones y fundaciones que afanados por obtener muchos más ingresos, expanden sus sedes a lo largo y ancho del país dando una falsa impresión de popularidad-calidad en vez de centrar sus esfuerzos económicos en fortalecer un única sede que sea competitiva, que genere resultados en investigación útiles para nuestro país.

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