lunes, 9 de mayo de 2011

Análisis


La educación superior en Colombia aunque está claramente identificada y clasificada según la ley 30 de 1992, está siendo mal interpretada por la sociedad en los siguientes términos: las empresas cada vez más se quejan por el hecho de que las universidades no están formando el capital humano que el país necesita mientras que una gran cantidad de personas que se capacitan en institutos de formación para el trabajo (como el SENA), andan desempleados y sin oportunidades. La sociedad se ha encargado de estigmatizar las profesiones no profesionales, como los técnicos, tecnólogos y especialistas, pues las empresas exigen y contratan profesionales universitarios para ejercer como técnicos, con salarios bajos y horarios extenuantes. Por ello, para los jóvenes que quieren acceder a una IES, el hecho de no ser universitario implica discriminación. Por otra parte el gobierno nacional se ha enfocado en ampliar la cobertura nacional de educación superior para todos , pero esto trae problemas muy serios. Por ejemplo, la masificación de la educación superior significa que cualquier persona puede acceder a este nivel educativo sin importar su condición social o su nivel de formación. La pregunta es si es realmente necesario que toda la juventud acceda a la ES o sería mejor seleccionar a las personas con mejor formación que realmente estén preparados para asumir la responsabilidad de educarse y lo que es más difícil, que estén dispuestos a terminar. Lo cierto es que solo dos tipos de personas pueden acceder a la ES: las personas con plata y los que tienen buena formación. Cada uno de ellos debe enfrentar problemáticas distintas pues las universidades estatales no tienen los suficientes medios para aceptar a jóvenes con muy buena formación y así un gran porcentaje de ellos no puede estudiar. Ahora, las personas con dinero pueden acceder a IES privadas, en donde los costos de las matriculas son cada vez más costosos, obligando a muchos de ellos a abandonar sus estudios o a buscar una opción laboral paralela sacrificando con ello la calidad de la educación recibida. Así pues, los jóvenes que toman la decisión de educarse y que no pueden acceder a las universidades, optan por prepararse en instituciones técnicas o tecnólogas cuya reputación social esta subvalorada y por ende no lograrán ubicarse laboralmente de forma estable.

El estado debe enfocar sus esfuerzos en una educación en las mismas condiciones para todos, fortalecer la formación en educación media al máximo para que cada vez más hayan estudiantes capaces de terminar sus estudios superiores y así minimizar la deserción; debe ser más riguroso en términos de exigencias de calidad para que las IES privadas compitan con las mejores en igualdad de condiciones con incentivos del estado que garanticen la mayor calidad y con matriculas más económicas y asequibles, siempre teniendo cuidado en que si se van a apoyar en el sector privado siempre existirá el riesgo de la pérdida de la calidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario